En tiempos de cambio, liderar un equipo no es solo alcanzar resultados.
Es sostener, motivar, contener.
Es animarse a tomar decisiones sin certezas, a acompañar procesos emocionales, a mantener el rumbo incluso cuando todo cambia.
Pero muchas veces, quienes lideran:
- Se sienten solos.
- Cargan más de lo que muestran.
- Funcionan en automático, sin espacio para pensarse.
- Se desconectan de su propósito, de su bienestar, de lo que los mueve.
Y es ahí cuando el liderazgo se agota.
Cuando nos volvemos reactivos, cuando dejamos de inspirar, cuando el hacer tapa el ser.
✨ Por eso, a veces lo más valiente no es seguir.
Sino detenerse. Respirar. Preguntarse.
Volver a vos.
Porque no podés acompañar a tu equipo si estás lejos de vos mismo/a.
Porque para sostener a otros, primero necesitás sostenerte.
☁ El liderazgo consciente empieza en la pausa.
En el silencio donde te reencontrás.
En ese espacio íntimo que no siempre se ve… pero desde donde todo se transforma.
Quizás hoy no necesitás más herramientas.
Sino un lugar de descanso, de reflexión y de reconexión.
Para volver con más claridad, humanidad….para volver más vos.
Porque cuando un líder se transforma, su equipo también florece.
Y el futuro, en vez de esperarse… se diseña.